SANTIAGO, AL FIN...
Había planeado pasear un poco por las amplias instalaciones del complejo vacacional en Monte do Gozo, antes de reiniciar la caminata. Así perdería algo de tiempo para entrar a media mañana en Santiago de Compostela ...pero durante el peregrinaje se hace un hábito iniciar muy temprano la jornada. Así que a las 7 am y con la mochila a cuestas, comencé a recorrer los 5 km que me separaban de la Catedral, bajo una fina llovizna que no impedía mantener un paso firme.
Ya en la ciudad -aunque todavía distante del casco histórico- entré a desayunar en una cafetería donde fui el primer cliente: luego llegaron dos peregrinas y poco más tarde otro caminante. La TV mostraba el resumen de las noticias; en un mostrador reposaban ediciones de la prensa regional. Me di cuenta que prestar atención a la pantalla de un televisor es un acto habitual en muchos millones de seres humanos, pero también algo que yo no había experimentado en poco más de dos semanas. Allí, en esa cafetería de Santiago, comencé a sentir lo que tantos han sentido cuando llega el inevitable final de la travesía. Dejar de asumirse como peregrino y regresar al estilo de vida habitual no es asunto que se resuelva en breves momentos: con frecuencia demanda algo semejante a una transición emocional. En todo caso, culminar la última de las etapas representa el logro de un objetivo ...se ha ganado algo, pero también algo se deja atrás.
Tras largo rato, un buen desayuno y haber consumido lentamente dos tazas de café esperando un mejoría en el clima, salí del local para encaminarme hacia el casco histórico. El sol dejaba entrever los primeros rayos de luz en medio de una ligera neblina que comenzaba a disiparse rápidamente.
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LA CIUDAD
Siempre hay un constante fluir de peregrinos entrando a la ciudad compostelana. Hacen evocar esas hileras de hormigas avanzando incansablemente una tras otra. El objetivo es llegar a la Catedral, y más precisamente a un espacio descubierto frente a su fachada: la Plaza del Obradoiro (Praza do Obradoiro).
Una tradición ineludible de todo peregrino que se precie es -desde luego- acudir a la Oficina del Peregrino para solicitar la Compostela (clic en el enlace)
A medida que pasan las horas el ambiente en las rúas (calles) del casco histórico se hace más dinámico. Abren los comercios, restaurantes, confiterías ("Venga ! Pruebe nuestra Tarta de Santiago!")... Se multiplican los músicos callejeros: alguien hace sonar un saxofón, otro un laúd o acaso un teclado antiguo o una cítara de India... hay quienes interpretan blues o jazz en guitarras eléctricas. No falta el gaitero de estridente instrumento y vestimenta tradicional, que recibe donativos de los transeúntes.
Los peregrinos aparecen por doquier en el antiguo casco urbano, así como numerosos turistas provenientes de muchos países. Sobresalen por su número los alemanes y luego los ingleses, japoneses, estadounidenses, canadienses, chinos, suramericanos... Ya es frecuente ver a coreanos (del sur) que llegan para hacer el peregrinaje. A semejanza de otras ciudades, circula cada cierto tiempo uno de esos pequeños trenes sobre ruedas que pasean visitantes: sale y regresa a la Plaza del Obradoiro.
Ciudad pequeña, con menos de 100.000 habitantes según un censo de 2013, es la sede de una universidad (Universidade de Santiago de Compostela - USC) que cuenta con unos 30.000 alumnos. Hay, por tanto, mucha gente joven aunque no lo parezca, pues no suelen frecuentar los sitios turísticos sino que tienen sus propios lugares de esparcimiento.
Apenas había permanecido un día en Santiago, en una visita anterior. En esta ocasión aproveché toda una semana para recorrer los rincones que estuvieran a mi alcance y disfrutar un poco de los atractivos turísticos y placeres gastronómicos de Galicia. Lugares como Vigo y La Coruña (A Coruña) no se encuentran distantes: los trenes y autobuses hacen fácil el ir y venir. Pude, entonces, cambiar la vestimenta de caminante por el ropaje del turista; algo que -para el propósito de este blog- no tiene mayor interés: solo se reseñan lugares que tienen relevancia para el peregrino.
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LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
(abajo: clic para ampliar)
Había planeado pasear un poco por las amplias instalaciones del complejo vacacional en Monte do Gozo, antes de reiniciar la caminata. Así perdería algo de tiempo para entrar a media mañana en Santiago de Compostela ...pero durante el peregrinaje se hace un hábito iniciar muy temprano la jornada. Así que a las 7 am y con la mochila a cuestas, comencé a recorrer los 5 km que me separaban de la Catedral, bajo una fina llovizna que no impedía mantener un paso firme.
Ya en la ciudad -aunque todavía distante del casco histórico- entré a desayunar en una cafetería donde fui el primer cliente: luego llegaron dos peregrinas y poco más tarde otro caminante. La TV mostraba el resumen de las noticias; en un mostrador reposaban ediciones de la prensa regional. Me di cuenta que prestar atención a la pantalla de un televisor es un acto habitual en muchos millones de seres humanos, pero también algo que yo no había experimentado en poco más de dos semanas. Allí, en esa cafetería de Santiago, comencé a sentir lo que tantos han sentido cuando llega el inevitable final de la travesía. Dejar de asumirse como peregrino y regresar al estilo de vida habitual no es asunto que se resuelva en breves momentos: con frecuencia demanda algo semejante a una transición emocional. En todo caso, culminar la última de las etapas representa el logro de un objetivo ...se ha ganado algo, pero también algo se deja atrás.
Tras largo rato, un buen desayuno y haber consumido lentamente dos tazas de café esperando un mejoría en el clima, salí del local para encaminarme hacia el casco histórico. El sol dejaba entrever los primeros rayos de luz en medio de una ligera neblina que comenzaba a disiparse rápidamente.
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LA CIUDAD
Siempre hay un constante fluir de peregrinos entrando a la ciudad compostelana. Hacen evocar esas hileras de hormigas avanzando incansablemente una tras otra. El objetivo es llegar a la Catedral, y más precisamente a un espacio descubierto frente a su fachada: la Plaza del Obradoiro (Praza do Obradoiro).
Una tradición ineludible de todo peregrino que se precie es -desde luego- acudir a la Oficina del Peregrino para solicitar la Compostela (clic en el enlace)
A medida que pasan las horas el ambiente en las rúas (calles) del casco histórico se hace más dinámico. Abren los comercios, restaurantes, confiterías ("Venga ! Pruebe nuestra Tarta de Santiago!")... Se multiplican los músicos callejeros: alguien hace sonar un saxofón, otro un laúd o acaso un teclado antiguo o una cítara de India... hay quienes interpretan blues o jazz en guitarras eléctricas. No falta el gaitero de estridente instrumento y vestimenta tradicional, que recibe donativos de los transeúntes.
Los peregrinos aparecen por doquier en el antiguo casco urbano, así como numerosos turistas provenientes de muchos países. Sobresalen por su número los alemanes y luego los ingleses, japoneses, estadounidenses, canadienses, chinos, suramericanos... Ya es frecuente ver a coreanos (del sur) que llegan para hacer el peregrinaje. A semejanza de otras ciudades, circula cada cierto tiempo uno de esos pequeños trenes sobre ruedas que pasean visitantes: sale y regresa a la Plaza del Obradoiro.
Ciudad pequeña, con menos de 100.000 habitantes según un censo de 2013, es la sede de una universidad (Universidade de Santiago de Compostela - USC) que cuenta con unos 30.000 alumnos. Hay, por tanto, mucha gente joven aunque no lo parezca, pues no suelen frecuentar los sitios turísticos sino que tienen sus propios lugares de esparcimiento.
Apenas había permanecido un día en Santiago, en una visita anterior. En esta ocasión aproveché toda una semana para recorrer los rincones que estuvieran a mi alcance y disfrutar un poco de los atractivos turísticos y placeres gastronómicos de Galicia. Lugares como Vigo y La Coruña (A Coruña) no se encuentran distantes: los trenes y autobuses hacen fácil el ir y venir. Pude, entonces, cambiar la vestimenta de caminante por el ropaje del turista; algo que -para el propósito de este blog- no tiene mayor interés: solo se reseñan lugares que tienen relevancia para el peregrino.
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LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
(abajo: clic para ampliar)
El Apóstol Santiago es Patrono de España y Patriarca de Galicia; su nombre identifica la capital gallega y en su memoria se erige una Catedral que es el destino final del peregrino: todo peregrinaje debe concluir en este preciso punto. Si acaso existe una regla inequívoca, es esta: "La peregrinación a Santiago termina en la Catedral de Santiago de Compostela, que guarda la tumba del Apóstol Santiago ".
Hablamos de una tradición con más de mil años que alguna vez tuvo sus épocas doradas en los siglos XII y XIII. Luego fue decayendo paulatinamente, pero desde los años 80 del pasado siglo ha resurgido con fuerza creciente. Copio:
"...durante los últimos 30 años se desarrolla un creciente interés por el Camino de Santiago: las cifras de peregrinos llegados aumentan. El impulso definitivo para la peregrinación fueron las visitas a Compostela del Papa Juan Pablo II en 1982 y en 1989 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Y las estadísticas demuestran que el fenómeno de la peregrinación todavía sigue en aumento. En 1985 llegaron a Santiago 1.245 peregrinos. En el Año Santo 2010 obtuvieron su “Compostela” 272.703 peregrinos" ( http://peregrinossantiago.es/esp/peregrinacion/introduccion/ ). En el 2013 (año no jacobeo) el Arzobispado de Santiago entregó 215.880 "Compostelas"
Hay muchas páginas en la red Internet con información sobre la data histórica y las rutas del peregrinaje a Santiago. Por tanto, me limito a mostrar algunos aspectos que despertaron mi interés de caminante ...un peregrino más entre los muchos que arriban a la ciudad del Apóstol para dar a su caminata una conclusión que -a fin cuentas- es solo temporal. De una manera u otra siempre volvemos a los Caminos, doquiera nos lleven.
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Abajo: detalles en el exterior de la Catedral (clic para ampliar)
Hablamos de una tradición con más de mil años que alguna vez tuvo sus épocas doradas en los siglos XII y XIII. Luego fue decayendo paulatinamente, pero desde los años 80 del pasado siglo ha resurgido con fuerza creciente. Copio:
"...durante los últimos 30 años se desarrolla un creciente interés por el Camino de Santiago: las cifras de peregrinos llegados aumentan. El impulso definitivo para la peregrinación fueron las visitas a Compostela del Papa Juan Pablo II en 1982 y en 1989 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Y las estadísticas demuestran que el fenómeno de la peregrinación todavía sigue en aumento. En 1985 llegaron a Santiago 1.245 peregrinos. En el Año Santo 2010 obtuvieron su “Compostela” 272.703 peregrinos" ( http://peregrinossantiago.es/esp/peregrinacion/introduccion/ ). En el 2013 (año no jacobeo) el Arzobispado de Santiago entregó 215.880 "Compostelas"
Hay muchas páginas en la red Internet con información sobre la data histórica y las rutas del peregrinaje a Santiago. Por tanto, me limito a mostrar algunos aspectos que despertaron mi interés de caminante ...un peregrino más entre los muchos que arriban a la ciudad del Apóstol para dar a su caminata una conclusión que -a fin cuentas- es solo temporal. De una manera u otra siempre volvemos a los Caminos, doquiera nos lleven.
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Abajo: detalles en el exterior de la Catedral (clic para ampliar)
...impulso iresistible: fotografiar la fachada
Es posible participar en visitas guíadas a los techados de la Catedral
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SIGUE:
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